Emma Roberts encarna a la adolescente Poppy, de 16 años, una chica insoportable, maleducada y malcriada, acostumbrada a una vida de lujo en Los Ángeles. A pesar de tener una tarjeta de crédito sin límite, de estar rodeada de supuestos amigos, en realidad auténticos parásitos, Poppy se siente cada vez más frustrada por la situación familiar. Y no duda en dejarlo claro. Pero una última gamberrada colma la paciencia de su padre Gerry (Aidan Quinn), que manda a Poppy a un internado inglés. De pronto se encuentra sumergida en un mundo de toques de queda, delegadas con poco sentido del humor y deportes obligatorios. La princesa de Malibú ha encontrado un digno rival: un internado inglés que no tolera a las niñas mimadas. Bajo la vigilante mirada de la directora, la Sra. Kinsgley (Nathasha Richardson), y rodeada de un nuevo círculo de amigas, Poppy acaba por darse cuenta de que su comportamiento no la lleva a ninguna parte. Pero antes de convertirse en una jovencita impecable, esta auténtica megapetarda intentará poner trabas al sistema siempre que pueda.
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